Cuando los amigos se van... (2)

Otro amigo se va, otra lagrima cae sobre mis mejillas, otro amistad recortada por la distancia...

Y no, no es Pedro quien se va una vez mas, aunque se ha ido y regresado tantas veces como Menudo se ha vuelto a reunir... En esta ocasión le digo adios a un viejo y gran amigo que algunos de ustedes conocerán como "el chovy", "ponchito", "el zarigueya", "el lapizote", "el dedos mágicos" y un sin fin de sobre nombres mas que no recuerdo. Debe ser la tristeza que nubla mi mente la que no me permite recordarlos... afortunadamente aun tengo frescos algunos recuerdos que describiré a continuación y que servirán de epílogo en la despedida de mi amigo.

Comenzaré por decirles que al chovy lo conocí en mis años mozos mientras cursaba la carrera en la 3 veces heroica Universidad Iberoamericana. Durante esos años compartimos carcajadas entre clases, así como sesiones interminables de chat en los laboratorios de computo. El chat apasionaba a mi amigo, tanto que un dia estuvo chateando durante mas de 8 horas. Recuerdo que en esa ocasión su preocupado padre me habló a altas horas de la noche para preguntarme si había visto a su angelito, mientras el señor iniciaba su enésima conversación con una ñoña desconocida del ITAM. A Ponchito le apasionaban las relaciones cibernautas via Telnet.

Conforme avanzabamos en la carrera compartimos mas momentos, mas risas y tristezas, mas borracheras y fiestas. Recuerdo una borrachera de antología en la Magdalena Contreras donde la bravura de mi amigo empezaba a deslumbrarme. Tambien recuerdo que después de una gran borrachera siempre rematabamos en alguna taquería de esas de pocamonta que solo mi amigo conocía. A mi amigo le gusta degustar sus tacos con mucha sal, no importa si son de pastor o de chorizo el les pone sal. A guevo. Y le gusta tomarse su tiempo. En un taco de esos de los del Borrego Viudo mi amigo puede invertir hasta 10 minutos. Si, como lo oyen, el no tiene prisa de comerse sus tacos y le importa poco si son las 6 de la mañana y sus acompañantes quieren refugiarse en los brazos Morféo. El comerá sus tacos con mucha sal y con mucha mas calma.

Pero no recordemos tus pocos defectos mi amigo.

Es hora de los agradecimientos y de recordar tu bravura, esa característica intrínseca de tu personalidad. En una ocasión un pillo irresponsable tuvo la osadía de rayar mi automóvil. Era un pillo pero también era un menor de edad, de ahí su inmadurez. Cuando este villano pretendía poner pies en polvorosa tu lo interceptaste con esa agilidad de perro panzón que siempre haz tenido amigo. Mientras todo esto sucedía yo me revolvía en un mar de puntapiés y puñetazos propinados por dos malandrines que se me avalanzaron cobardemente desde la oscuridad, en cuanto pude controlar a estos vellacos corrí en tu ayuda pues me di cuenta que estabas teniendo problemas con el rufiansillo. Para mi desgracia justo antes de que pudiera ponerle las manos encima al inverbe este echó mano de una cachiporra o tolete el cual blandió en dirección de tu gran cabezota amigo. Por fin desarmé al pillo y te levanté del suelo que ya alojaba algo de sangre que emanaba de una breve pero escandalosa herida que tenías en el casco. Tus quejidos aun me azotan en las noches frias de invierno. Agradezco la forma en que sometiste al pequeño rufián.

Así como la historia anterior compartimos muchas amigo!. Pero por cuestiones físicas y de tiempo no puedo relatar.

Extrañaré las grandes carcajadas, tu sentido del humor, tu honestidad pero sobre todo amigo extrañaré tu amistad.

Espero que tengas suerte en esta nueva empresa donde estoy seguro desempeñarás tus responsabilidades con profesionalismo y compromiso.

Adios amigo, vuelve pronto.

PS: a aquellos que intercambian mensajes cifrados en este blog les pido por favor:
1) que nos pasen la llave para descifrar los mensajes codificados ó
2) eviten utlizar este blog público para intercambiar mensajes cifrados de amor.