Monday, June 19, 2006

zucaritas, "parajos", bodas y más decepción

Lo prometido es deuda y aqui esta la narración de lo que sucedió el fin de semana en la bahía de Santa Lucía...

Partimos el jueves por la noche con destino situado en las costas guerrerenses. Llegamos a la 1:30 am y ahí comenzaron las peripecias. Nuestra morada vacacional se encontraba, según las indicaciones, a solo TRES MINUTOS del afamado hotel Pricess. Falso. Después de varias vueltas dimos con el fraccionamiento que alojaba a chingomil casas identicas. El mencionado fraccionamiento no tiene nombres de calles o de conjuntos habitacionales visibles así que es practicamente imposible identificar tu casa la primera vez que la vas a visitar. En fin después de probar en 4 casas por lo menos (incluidas obras negras, casas que no cubrían la descripción y dondé las llaves "funcionaban") nuestro anfitrión decidió llamarle a su tia para que nos explicara, después de eso nos tomó lo que se tarda uno de llegar del Princess al complejo habitacional de Casas Geo, es decir, 3 minutos. Por lo demás nuestro refugio tropical fue acogedor y comodo durante nuestra estadía. Tal vez el único detalle fue que gozabamos con la compañía de ciertos vecinos incomodos que utilizaban un stereo a manera de "soundsystem" jamaicano y deleitaban a toda la manzana con rage against the machine, rebelde, depeche mode y onda vaselina.

A la mañana siguiente nos dispusimos a disfrutar de una tarde futbolera pues el equipo representativo de nuestro país jugaba contra una selección nacional de algún país africano. El partido fue aburrido y los "nuestros" (bueno hay un argentino que por cierto juega en el gran Villareal de España) se cansaron de fallar en la portería contraria, claro después alegaron que el portero era una barrera infranqueable y que era el mejor portero que jamás había jugado un mundial, cuando el pobre infeliz ni siquiera está contratado por un equipo.

Por la noche Pedro y yo salimos a disfrutar de los placeres que brinda el magnifico puerto de Acapulco, o de Santa Lucía como se prefiera.

Sábado por la mañana nos despertamos con la noticia de que no había agua en la casa. Tuvimos que ir a casa de una prima de Dhan a que nos permitiera darnos un duchazo pues teníamos que ir a la boda. En fin libramos el primer obstaculo. Después del refrescante y reanimante baño nos fuimos a la misa, donde un barítono nos deleitó con una interpretación del Ave María bastante sui generis, parecía Danzig haciendo gala de su aspera y gutural voz cantando Last Caress (para el que no sepa quien es Danzig? es el tio que fungía de vocalista en la primera etapa de los Misfits). La fiesta estuvo chida, claro yo las primeras horas me la pasé sumido en una indiferencia por los sucesos narrados en la entrega anterior. Algunos detalles del jolgorio:

-La banda tocaba las mismas canciones que ponía el ponediscos y viceversa.
-La cena fue servida un poco tarde para mi gusto.
-El puto red snapper estaba saturado de espinas.
-Cayó una lluvia insoportable.
-Un tio dio un discurso incomprensible.

En fin, terminé algo alcoholizado. Regresamos a nuestra casita geo a las 4 am, o al menos eso fue lo que me dijeron, no me di cuenta.

Domingo por la mañana, poco y nada, fuimos a que Oscar y Dhan se bañaran en casa de su prima y de ahí fuimos a comer.

Después de una gran comilona nos enfilamos de regreso a la capirucha el trayecto fue interminable pues la carretera está siendo remozada y cayó un aguacero que impedía ver a más de 2 metros.

De regreso me topo con la amarga realidad y de saber que todo parece estar perdido.

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