30 años cumpliré este 18 de Septiembre del año en curso, que es el 2006 de nuestra era (siempre había querido decir eso de la era).
Jamás he tenido chica cuando mi cumpleaños ocurre. Ja, el año pasado por poco lo logro, pero la chica en cuestión decidió no ir por que su mamá iba hacer de comer nosequechingados, digamos que fue la gota que derramó el vaso. Practicamente tronamos ese fin de semana, en la teoría el contrato se rompería una semana después. Lo intenté, la invité a la comida que Merceditas y Consue organizaron, pensé que iría, la verdad no había ningún motivo para que faltara, en fin, no fue y ahí se evaporó esa oportunidad. Diablos, si que estuve cerca, fue como ese gol que le anularon a México en el mundial de 86. Al final de cuentas la vida es digital y ese capítulo quedó colgado como un cero mas en la larga colección de donas que tengo. Mantenía mi racha invicta.
Este año mi racha no sufre ninguna amenaza, se ve sólida, implacablemente ve pasar los años sin ser derrocada, sin sufrir un rasguño, infranqueable, inexpugnable, dominadora de la situación.
Por alguna razón desconocida hasta hace poco tiempo pensé que este año el permanente "slump" sería quebrado, y que por fin daría el batazo contundente cual Kirk Gibson y que dejaría a la mala fortuna tendida en el cesped. Que en este cumpleaños 30 alguna chica especial me llevaría a cenar, que me daría un regalo sorpresa que me iba a gustar mucho, que pasaría un dia/noche inolvidable (así son los cumpleaños cuando estás con alguien especial no?).
Para hacer mas lúgubre el escenario hasta hace poco pensé que había encontrado a esa chica y que ella iba estar en mi cumpleaños compartiendo antojitos mexicanos preparados por Merce y Consue. Pues no, la constante no pierde ritmo.
El próximo año relataré acerca de las desventajas de cumplir años en un fin de semana "patrio".
Paz!
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